miércoles, 27 de febrero de 2013

La comunicación afectiva y profunda

La mayoría de las familias mantienen un nivel de comunicación superficial no profundo, ejemplos como el siguiente son frecuentes a la hora de la comida:

Papá: hijo como te fue en la escuela.
Hijo: bien.
Papá: y que hiciste.
Hijo: nada, lo mismo de siempre.
Mamá: y ahora no te castigo el maestro como de costumbre.
Hijo: si pero fue por culpa de Juan.
Papá: siempre es la culpa de los demás.
Hijo: "pos" si, yo no hago nada, ellos me molestan.
Mamá: ¿y también por su culpa eres burro y repruebas? deberías de ser como tu hermano, nomas cosas malas aprendes de tu padre.

Y así se podría seguir durante un largo rato hasta que alguien grite y se retire de la mesa. Como esta situación se repiten diariamente en todo momento al interior de la familia, entre padres e hijos, en la pareja y entre hermanos. Definitivamente, esto no es una buena forma de comunicarse. Te invito a que tomes en cuenta las siguientes caracteristicas que te propongo con la finalidad de mejorar la forma en que te comunicas con tu familia.

-Hay un tiempo para hablar y otro para escuchar: estamos muy acostumbrados a interrumpir a los demás. Es importante respetar el turno para que el otro hable, y esperar a que haya finalizado antes de que yo comience.

-Escuchar activamente: pon toda tu energía y tu atención en escuchar lo que el otro comunica, evita pensar en la forma en la que vas a "defenderte" o "atacar" al que habla, trata de intentar comprender cómo me sentiría yo en su lugar, es decir, desde la empatía.

-Escuchar es solo escuchar: no juzgues, no reclames, no te burles, no regañes, no aconsejes. Pero tampoco prometas nada que no estes seguro de poder cumplir, basta con hacerle saber al otro que escuchamos lo que nos dijo y que es importante lo que piensa o siente. Un simple asentimiento con la cabeza, un "comprendo" o "gracias por decírmelo", son mucho mejores, si no has comprendido algo solo dile "cuéntame un poco más sobre eso para comprenderte mejor".

-La mirada: mira a la otra persona a los ojos cuando te habla, evita estar mirando hacía otro lado pues eso envía el mensaje de que no te interesa realmente lo que te dice, si vas manejando o estás ocupado en otra cosa, mejor acuerda un momento posterior para hablar sobre ello.

-Colocate al nivel corporal del otro: sobre todo, esto es importante con los hijos pequeños, coloquense a la misma altura corporal, arrodillate si tu hijo es muy pequeño o tomen asiento. Esto es uno de los puntos que con mayor facilidad se omiten en la comunicación y obstaculizan el fluir adecuado de el diálogo.

-Establece contacto: toma de la mano al otro mientras hablas, sobre todo si es un tema importante, hazle sentir que lo que te dice significa mucho para tí, esto fomenta un ambiente más calido de diálogo entre ambos.

-Respeta su espacio vital y su momento: si el otro no quiere hablar, no quiere que le toques o no quiere que te acerques a él, escucha su lenguaje no corporal, date cuenta que no es el momento adecuado y déjalo pasar por ahora, más tarde posiblemente encuentres las condiciones propicias para que se de el diálogo.

Espero que estos consejos te ayuden a mejorar la comunicación en tu familia, muchos de ellos incluso los puedes aplicar en el trabajo o cualquier situación. Verás que si los pones en práctica poco a poco verás cambios positivos en todas tus relaciones. Aprende a ser feliz, aprende Inteligencia Emocional.

viernes, 1 de febrero de 2013

Fomentar valores y hábitos en los hijos

Muchos padres de familia tienen dificultad al momento de educar, ya que buscan inculcar ciertos valores que ellos consideran importantes para sus hijos La principal complicación se basa en la dificultad que tienen para transmitir a los niños el concepto determinado valor, pues a los niños les significan muy poco frases como "debes ser más responsable, disciplinado, ordenado, etc." Si tu eres uno de esos padres que tienen problema para transmitir algunos valores o hábitos a tus hijos, pon mucha atención a los siguientes consejos que te pueden ayudar:

Establece bien claros los valores que quieres transmitir. No digas "quiero que se porte bien", esto es algo muy ambiguo y solo te generará frustración al momento de no ver resultados rápidamente. Así pues, haz una lista de aquello que esperas fomentar en tu hijo, digamos unos cuatro o cinco objetivos a perseguir.
Construye una "jerarquía de hábitos y valores". Evidentemente todos los valores son importantes, pero puedes identificar un orden de importancia para que tu método sea más efectivo. Por ejemplo, tal vez consideres que lo que tu hijo necesita mejorar primero es su conducta violenta, ser más respetuoso con los demás, y podrás dejar para después sus hábitos de limpieza. No olvides que si los presionas para que cambien muchas cosas a la vez lo más seguro es que termines frustrándolo y no haga nada de lo que buscas mejorar, dales tiempo para mejorar poco a poco y un elemento a la vez.
Predica con el ejemplo. Siempre les digo a los padres que no pidan a sus hijos nada que no estén ellos dispuestos a dar, y mucho menos que cambien algo que ellos no están dispuestos a cambiar. Creo que está claro a que me refiero entonces con predicar con el ejemplo, esta parte es esencial para que puedas fomentar hábitos y valores eficazmente.
Ponle un nombre a lo que hace. Ya mencionaba al principio que decirle a tu hijo cosas como "pórtate bien" o "se más responsable" no es tan eficaz como por ejemplo decirle cuando observas que recoge sus juguetes: "muy bien hijo, veo que estás recogiendo tus juguetes sin que yo te lo pidiera, a eso yo le llamo ser ordenado", o "estas haciendo tu tarea antes de ver la televisión, eso se llama ser responsable, ¡muy bien hijo!". Si te parece conveniente puedes incluso ponerle nombre a las cosas que tu haces para fortalecer el punto anterior, verás como poco a poco tu hijo entiende la importancia de sus actos y decisiones.
No premies o castigues. No lo premies con regalos cuando logra poner en práctica un valor o un hábito, esto solo lo condiciona para buscar aquello con lo que le estás premiando y no le hace realmente consciente del efecto de sus acciones, te sugiero que mejor le regales un abrazo, un ¡muy bien! o incluso con una sonrisa o asentimiento de aprobación será más que suficiente. Pero sobre todo, no lo castigues, si no obtienes los resultados que esperas mejor busca otras alternativas, lo único que generas con el castigo es resentimiento de tus hijos hacia ti y además propicias que cuando estén frente a ti no hagan aquello que te molesta, pero que en cuanto les des la espalda lo hagan de nuevo tratando de que no los descubras.
Sobre todo tienes que practicar tu paciencia, educar a los hijos es una tarea complicadísima que lleva tiempo y esfuerzo, además de muchas otras cosas, por lo que es importante que no te sientas frustrado y trates de relajarte un poco, lo peor que le puede pasar a un papá o mamá interesado en mejorar la educación de sus hijos, es ser presa de la angustia y la culpa, tienes más oportunidad de formar a tu hijo en un ambiente sano, cuando te muestras equilibrado emocionalmente y no pierdes el control de tus reacciones.