lunes, 14 de febrero de 2011

Violencia en el noviazgo en México: una realidad


La concepción occidental sobre el noviazgo posiblemente cumpla aun con algunos de los criterios que en otra época dieron forma a lo que se conoce como noviazgo romántico. Aquel que surge durante la época victoriana en la clase noble y que consideraba de suma importancia pasar por una serie de conductas y prácticas que tenían la finalidad de evitar el contacto sexual entre los pretendientes, ya que la pureza y la castidad en la mujer eran lo más importante en ese momento, una mujer manchada por el pecado no era digna de tomar a un hombre decente como esposo. Los noviazgos por lo regular eran arreglados por las familias, con miras en mejorar el estatus social y económico al crear nuevas alianzas con familias que ostentaran cierto nivel privilegiado.
Hoy en día permanecen algunas de esas costumbres, se espera que antes de pasar al matrimonio, las parejas mantengan un tipo de relación en la cual, ambos ponen todo su empeño para conquistar no solo al ser querido, sino también para lograr ganar la aprobación de las familias y den su "visto bueno" a dicha relación.
Es fácil imaginar, que ante el temor de perder a aquel o aquella que nos tiene prendados, debemos utilizar todas las estrategias que hemos aprendido y que nos ayuden a retener a esa persona a nuestro lado.
Por lo regular tratan de ocultarse los defectos que, de alguna forma, sabemos podrían impedir que cumplamos nuestra misión. Nos volvemos amables, tiernos, comprensivos, dadivosos, comprometidos, puntuales, etc. Todo con el fin de que esa persona sobre la cual hemos fijado nuestro objetivo se enamore de nosotros.
Sin embargo, el miedo de ser abandonados por la pareja, o sentir su rechazo, nos vuelve propensos a sufrir distintos tipos de maltrato en el noviazgo, que van desde el maltrato emocional, hasta el maltrato físico.
Sabemos perfectamente que una de las etapas donde más se da la violencia es en el matrimonio, pero sorprende que en el noviazgo suceda de forma tan regular y pase tan desapercibida, que los involucrados rara vez se logran dar cuenta de que la situación que viven en ese momento es una muestra de lo que está por venir en el matrimonio.
Con seguridad, la situación de maltrato que se vive en el noviazgo se seguirá extendiendo hasta la vida de casados, incrementándose cada vez más con el paso del tiempo.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo en el año 2007, realizada por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE) son muy preocupantes: el 15.5% de los mexicanos de entre 15 y 24 años con relaciones de noviazgo ha sido víctima de violencia física (empujones, pellizcos, bofetadas, golpes, o hasta quemaduras con cigarro y daño con navajas u otros objetos); 75.8% ha sufrido maltrato psicológico (humillaciones, insultos, celotipia) y 16.5% ha vivido al menos una situación de ataque sexual.
Pero la pregunta por hacer es ¿por qué las personas involucradas en un noviazgo donde hay algún tipo de maltrato siguen adelante con la relación?.
La mayor parte del tiempo obedece a la misma dinámica que se da dentro del matrimonio: un miembro de la pareja que es dominante, con rasgos sádicos que pretende controlar y manipular la relación, valiéndose del miedo y el temor que logra generar en la pareja.
Por el otro lado, la víctima permanece dentro de la situación de violencia principalmente porque para él o ella es invisible. Casi siempre, la baja autoestima es evidente, se confunden situaciones que pretenden dañarle o manipularle con muestras de afecto o de atención. El caso más evidente de ello son los celos, que se valen de pretextos como "es que me preocupo por ti" o "es que te quiero demasiado", para lograr controlar la vida de la pareja llegando incluso a decidir que amistades se deben tener o que cosas puede hacer. Tratándose de maltrato físico las causas tienen que ver con una incapacidad emocional y psicológica para evaluar la situación de forma realista, pues se ven inmersos en un círculo vicioso donde existe una enorme ganancia secundaria cada vez que llega la reconciliación y se mantiene con ello la "esperanza" de que todo va a cambiar.
Es importante mencionar que sin la oportuna ayuda, toda situación de violencia en el noviazgo va a trascender al matrimonio.
La causa, en la mayoría de los casos, se encuentra en la familia de origen, que no tiene una educación emocional adecuada y forma individuos desprovistos de herramientas que les ayuden a identificar y evitar a las personas que les pueden llegar a hacer daño. Tiene mucho que ver con la dependencia que los padres generan en sus hijos, pues constantemente se les niega la posibilidad de tomar sus propias decisiones o de decir "no", pues se tiene la idea errónea que los hijos deben cumplir siempre al pie de la letra lo que los adultos les dicen sin rebelarse, las consecuencias devienen en sujetos incapaces de controlar sus propias vidas, dependientes del otro y por supuesto, sometidas a una repetición de patrones y conductas heredados de su sistema familiar, que sin duda, transmitirán a sus hijos algún día.
Por todo ello, es importante que todos aquellos involucrados en la formación de los jóvenes les ayuden a desarrollar herramientas socioafectivas que les permitan ser individuos selectivos en sus relaciones de noviazgo, y que comprendan que el amor no tiene que ser para siempre, que no es necesario dar la vida por el otro para demostrar cuanto le quieren, y que no hay solamente una "media naranja" a la cual están destinados, sino que son libres para conocer y elegir de entre una enorme cantidad de individuos a aquel que le proporcione una relación de noviazgo sana y significativa.

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